lunes, 19 de octubre de 2020

TORTUGAS

Pensaba en las tortugas...

Nunca les escribí un poemita

y esta noche lo haré.

Hay cosas que no se deben demorar. 

Me producen tanta ternura

con esa concha tan dura

y ese corazón tan tierno.

Y sus patitas anchas y agrietadas

o de mosaico,

arrastrándose por el suelo

o nadando en el océano.

Una vez, sin querer, le di a una un golpetazo

con la aspiradora, por no verla.

No le sucedió nada grave, 

gracias a esa coraza que llevan encima

excelente parachoques,

solamente que la envié debajo de un mueble

y luego no la encontraba.  🙁 

Recuerdo lo mal que me sentí.

Le pedí perdón lo menos cien veces

por ese accidente que pudo ser fatal

y me ha costado perdonarme. 

Pero jamás me guardó rencor.

Nunca una mirada de reproche vi

en esos ojos dulces y específicos

de tortuga.

Que nadie tome jamás

por mucho hambre que tenga

sopa de este animal.

¡Por favor se lo pido!

Y si os entran ganas... 

Acordaos de Mafalda. y su "¡puaj!" 

Su inocencia y su caritas 

feas y arrugadas

merecen seguir siendo 

casi eternas. 

A.C.T. 

.....................................................

Bueno, pues ya está.

Tengo pendiente todavía, 

dedicar otros poemas

a las ovejas, a los burros y a las vacas;

para mí, tan sagradas como 

cualquier otro animal. 

Ya en otro momento, cuando tenga tiempo 

y ganas.


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